PRÓLOGO I , Breve presentación del autor@

 




PRÓLOGO

  • Breve presentación del autor@

🏀 Presentación de la autor@

Desde mis primeros años en una pista de baloncesto, entendí que el bote es mucho más que un simple contacto entre la mano y el balón: es una forma de expresión, de ritmo y de conexión con el juego. A lo largo de mi experiencia como entrenadora en categorías de formación, he visto cómo dominar el bote puede transformar por completo la confianza y la creatividad de un jugador o jugadora.

He dedicado mi carrera a enseñar baloncesto desde la base, con la convicción de que una buena formación técnica y emocional en las primeras etapas es la clave para disfrutar del deporte y crecer dentro de él. Mi objetivo ha sido siempre el mismo: ayudar a que cada niño o niña descubra su propio estilo con el balón en las manos.

Este libro nace de años de observación, ensayo, corrección y aprendizaje. Es una guía práctica, pero también una invitación a entrenar con pasión, con juegos, con retos y con la mente abierta.
Porque botar no es solo avanzar: es crear, decidir y disfrutar.

A lo largo de los años he tenido la suerte de ver cómo jugadores y jugadoras, que apenas sabían controlar el balón en sus primeros entrenamientos, se convertían en líderes dentro de la pista. No por talento innato, sino por constancia, entusiasmo y amor por el juego. Esa es, sin duda, la verdadera esencia del baloncesto formativo.

En este libro he querido reunir las ideas, métodos y ejercicios que más resultados me han dado con jugadores jóvenes. Cada capítulo está pensado para guiar paso a paso el aprendizaje del bote, desde los fundamentos más sencillos hasta su aplicación en situaciones reales de juego.

También encontrarás progresiones adaptadas por edades, juegos creativos y recomendaciones prácticas para entrenadores y familias que acompañan a los jugadores en su desarrollo.
Mi propósito no es solo enseñar cómo botar mejor, sino cómo disfrutar del proceso, entendiendo que cada dribling bien hecho es un pequeño acto de confianza.

Este libro está dedicado a todos los que se levantan cada día con un balón en las manos, a quienes entrenan con una sonrisa, y a quienes creen que el baloncesto es una escuela de vida.

Recuerdo especialmente una temporada 2004-05 que marcó mi manera de entender el baloncesto formativo. Me asignaron un equipo del que nadie esperaba demasiado. Jugadoras nuevas, poca experiencia, y la típica etiqueta de “grupo complicado”. Escuché más de una vez que aquello sería “una temporada para sobrevivir”.

Pero desde el primer entrenamiento decidí que íbamos a entrenar con la misma seriedad y respeto que cualquier equipo campeón. No íbamos a medirnos por el talento, sino por el compromiso y la ilusión. Les enseñé que cada bote podía ser una herramienta para expresarse, para ganar confianza, para demostrar que el trabajo en equipo vale más que cualquier pronóstico.

Empezaron perdiendo los primeros partidos, sí, pero nunca dejaron de sonreír ni de intentarlo. Poco a poco, el esfuerzo se transformó en juego fluido, en compañerismo, en actitud. Terminamos la temporada ganando el primer lugar de nuestro grupo, y lo más importante: lo hicieron creyendo en ellas mismas. Ese día entendí que la empatía y la constancia pueden cambiar el destino de cualquier equipo, por modesto que parezca.

Después de aquella experiencia, me han tocado muchos equipos parecidos: grupos nuevos, con jugadoras que empezaban desde cero, con más dudas que certezas. Pero desde entonces, todo ha sido diferente. Ya no veo la dificultad como un obstáculo, sino como una oportunidad para enseñar desde el corazón.

Cada nuevo grupo ha sido más fácil de guiar, no porque los resultados llegaran solos, sino porque aprendí a mirar más allá del marcador. Entendí que no entreno para ganar títulos, sino para construir equipos. Equipos que confían, que se apoyan, que disfrutan del proceso y que entienden que la verdadera victoria es crecer juntos.

Cuando un grupo se siente escuchado, respetado y motivado, el progreso llega sin necesidad de presionarlo. He visto jugadoras superar sus miedos, aprender a botar con decisión y transformar su actitud dentro y fuera de la pista. Y aunque a veces los trofeos no llegan, el aprendizaje y la unión quedan para siempre.

Esa es, para mí, la esencia del baloncesto de formación: usar el balón como medio para formar personas seguras, generosas y valientes. Porque un buen bote no solo rompe defensas… también abre caminos.

Aquella experiencia me enseñó que enseñar baloncesto no se trata solo de perfeccionar la técnica, sino de formar personas capaces de creer en sí mismas. Cada jugadora de aquel equipo entendió que el esfuerzo constante, la empatía y la alegría por aprender pueden llevarte más lejos que cualquier talento natural.

Esa temporada me recordó por qué elegí ser entrenadora: porque el deporte es una poderosa herramienta educativa y emocional. Porque detrás de cada bote hay una historia, una emoción y un aprendizaje.

Por eso decidí escribir este libro. Para compartir lo que he aprendido a lo largo de los años, para ofrecer herramientas reales a entrenadores y formadores, y para inspirar a quienes creen en un baloncesto que enseña, emociona y transforma.

Ojalá estas páginas sirvan para que más jugadores y jugadoras descubran la magia de tener el balón en las manos y la valentía de botar hacia adelante, dentro y fuera de la pista.

Gracias por leerme 


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